
Cuando aparecen emociones que no se gestionan de manera oportuna, estas pueden llevar a desarrollar diversos trastornos mentales.
En caso de percibir cambios, se debe intentar dialogar y/o buscar ayuda profesional dentro o fuera del Colegio.
Hablemos de salud mental en la adolescencia
La adolescencia es una etapa que marca una pauta importante en los futuros adultos que serán nuestros jóvenes y en la manera en la que enfrentarán los retos a los que se verán expuestos. Por esto, se hace necesario entablar un diálogo entre colegio y familia para establecer estrategias preventivas de manera conjunta, que posibiliten minimizar los riesgos y así promover el desarrollo de una salud mental adecuada.
Como primera medida, adoptamos el concepto propuesto por la OMS sobre salud mental, entendida como el equilibrio entre factores sociales, ambientales, biológicos y psicológicos que se reflejan en el desarrollo de recursos personales y la adecuada interacción con los otros.
Ahora bien, cuando ese equilibrio que da soporte a la salud mental pierde el balance por situaciones de crisis, bien sea por factores internos o externos, es probable que aparezcan emociones que, de no gestionarse de manera oportuna, pueden llevar a desarrollar diversos trastornos mentales. Los trastornos mentales más frecuentes entre los adolescentes son: depresión, ansiedad, aislamiento social y trastornos alimenticios.
Estos trastornos se asocian a diferentes factores de riesgo que pueden verse intensificados por hábitos que impactan la salud mental y física, como: el consumo de alcohol, el uso de sustancias psicoactivas (incluyendo el uso de vapeadores) y el uso excesivo de dispositivos electrónicos, los cuales pueden derivar en autolesiones, episodios de pánico, ideación y/o intento suicida.
Con base en esta información, se recomienda prestar atención a cambios repentinos en el comportamiento, como: dificultades para dormir, cambios en el apetito, cambios drásticos de humor, retraimiento social, bajo rendimiento escolar repentino y pérdida de amigos o evitar ciertas situaciones sociales. En caso de percibir estos cambios, se debe intentar dialogar y/o buscar ayuda profesional dentro o fuera del colegio.
Desde casa, y como recursos que pueden ayudar a mitigar la aparición de situaciones que afecten la salud mental de nuestros estudiantes, se sugiere:
- Mantener horarios y rutinas claras para el desarrollo de actividades de autocuidado como alimentación, higiene, tareas domésticas, tiempo de ocio, actividades escolares y tiempo de sueño.
- Seguir una alimentación saludable y variada, en pro de generar hábitos adecuados.
- Promover espacios de recreación y deporte.
- Establecer y discutir políticas familiares claras en torno a uso de dispositivos electrónicos y consumo de sustancias psicoactivas.
- Tener una relación cercana con los hijos/as, manteniendo una comunicación abierta, de confianza y seguridad.
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